martes, 7 de marzo de 2017

Historia de un cous


Recordando a un amor del pasado
“Que un viejo amor, ni se olvida ni se deja…”

Ayer tuve un sueño de lo más raro (en el sentido de que lo recuerdo perfectamente y en general tuvo mucha congruencia y lo más complicado aún, continuidad). De esas veces que el despertador es un perfecto inoportuno, pues el sueño se está convirtiendo en algo muy revelador y placentero.

Hace algunos años tuve una relación que, a pesar de que tampoco tuvo un final feliz, no fue precisamente con una persona dañada y enferma como el sociópata del que les he hablado en mis anteriores historias. Esta relación se dio con quien entonces era mi mejor amigo y compañero de trabajo. Quiero hacer un pequeño tributo a esos años de amor-amistad-sexo-compañerismo que vivimos y que gracias a este sueño se reavivaron en mi mente.

Sin afán de idealizar las cosas, pues en su momento también hubieron lágrimas y decepciones, lo que verdaderamente es un hecho es que, cuando te topas cara a cara con el mal, aprendes a distinguir cuando tuviste algo bueno, que aunque finalmente no haya culminado en lo que deseabas, por lo menos sabes que no funcionó por otras causas, ajenas a la maldad y toxicidad que existe dentro de algunas personas. Pasé tantas cosas con él que la verdad no sé ni por dónde comenzar, quiero dejar que la inspiración y los recuerdos me vayan guiando hasta donde esto tenga que llegar.

Fernando y yo hicimos clic de inmediato. En cuanto entró a trabajar a la “empresa del colibrí”, empezamos a llevarnos de manera increíble. En realidad era fácil llevarse bien con él, siempre ha sido un personaje muy “easygoing”, pero definitivamente nosotros dos teníamos una conexión muy especial y fuera de serie. Lo platicamos millones de veces, teníamos mucho en común, por eso no fue difícil iniciar una relación muy estrecha. Coincidíamos en música, en formas de pensar, de ver la vida, nuestras infancias incluso habían sido un tanto similares, nuestros padres nos habían marcado de maneras parecidas. Hablábamos en realidad de todo, desde las cosas más simples hasta las más profundas, lo mismo podíamos clavarnos con un partido de fútbol que viendo una película o escuchando una nueva canción. Fue incontables veces mi compañero de fiestas, conciertos y pláticas que parecían no tener final.

A pesar de que se le consideró siempre dentro y fuera de la oficina todo un galán, a mi de principio lo que me enganchó a su persona fue su manera de ser. Siempre sonriente, siempre haciendo bromas, dispuesto a ayudar y aprender de la gente. Su gran facilidad para llevarse bien con todo el mundo me asombraba. Hacía amistad hasta con las piedras, por eso era extremadamente divertido estar en su compañía. Con tantos atributos no era algo descabellado sentir atracción por él, sin embargo, antes que cualquier otro sentimiento, comencé a tener una gran confianza y se convirtió en una especie de confidente para mí…pero de esos que, de cierta forma, te hacen de vez en vez sentir mariposas en el estómago y en el corazón.




Aprendí mucho de él y sé perfectamente que él aprendió mucho de mí. La amistad trascendió y creció incluso después de mi salida de la empresa, fue entonces cuando esos amigos inseparables que solíamos ser, descubrimos que teníamos una cosa más en común…Y de ahí pasamos a una etapa en la que ambos nos confundimos y no supimos separar ese gusto del resto de las cosas que nos mantuvieron unidos por mucho tiempo.

Soñar con él no era algo extraño, creo que he soñado con él más que con ninguna persona que haya conocido en mi vida. Nuestra interacción era tanta que fue imposible no enamorarme de este amigo- amante con quien podía amanecer analizando el mundo. Me costó mucho tiempo entender qué fue lo que no nos permitió convertirnos en una pareja. “¡Lo tenemos todo!” pensaba yo, pero, la realidad es que siempre nos faltó lo más importante: hablábamos de todo, de todos y de nosotros mismos, pero nunca de “nosotros juntos”. Esperábamos quizás que el tiempo hablara por los dos, pero el tiempo fue quien nos rebasó y encontró en ese silencio la manera de alejarnos.

Aunque durante un lapso lo consideré egoísta, la vida me llevó a comprender que todo lo que sucedió y no sucedió fue una culpa compartida. Fallamos ambos y nos perdimos, pero lo cierto es que también durante un buen tiempo nos quisimos, nos disfrutamos y nos conocimos como pocas personas llegan a hacerlo en su paso por el mundo.

Nos dejamos de ver, nos volvimos a buscar, regresamos al mismo círculo del que era tan complicado salir, hasta que finalmente la vida nos llevó por distintos caminos. Y sí, tal vez no fui cien por ciento honesta con mi scociópata “ex-novio” porque a decir verdad, sexual y sentimentalmente las cosas que viví con mi famoso “cous” (como nos decíamos), las viví por primera vez con él. Viajes, trabajo, proyectos, locuras, juegos, borracheras, amistades, dramas, celos, risas incontenibles, lágrimas, confesiones, primeros tatuajes, conciertos, besos, abrazos, cuerpos, coincidencias, sincronías… ¿Qué cosas no compartimos tú y yo, querido cous?








Te extraño sí, a pesar de que fui yo quien tomó la decisión de terminar indefinidamente esta relación sin nombre que siempre tuvimos. Y este sueño de ayer me dejó claro lo importante que fuiste en mi vida y lo importante que siempre serás, a pesar de todo. Tengo mil fotos nuestras pero sobre todo, un millón de anécdotas.

Dejaré aquí la que sé que siempre será nuestra canción por todo lo que significó desde que te la puse por primera vez.

Hay gente que nos marca para siempre y si bien no fuimos el uno para el otro, lo que es innegable es que en algún momento fuimos uno con el otro y nos complementamos de muchas maneras. No sabíamos separarnos pero tampoco supimos cómo estar juntos. Inmadurez, inconsciencia o quizás tan solo algo llamado destino. Hoy le hago un homenaje a 6 años de convivencia, de infinitos recuerdos, de pasión, de ternura, de comprensión, de identificarnos en tantas situaciones y consolarnos siempre que pudimos, de la forma en que lo hicimos, tan humanos e imperfectos, tan llenos y vacíos de lo mismo. Tú tan Arsenal, yo tan Barca, tú tan Metallica, yo tan Radiohead…jamás olvidaré un solo detalle de lo que vivimos, de cuando tocabas en la guitarra Fake Plastic Trees y yo cantaba. Cuando tan solo tú y yo nos bastábamos para armar nuestras “fiestas” hasta las 6 de la mañana y nos enloquecíamos con las rolas que nos gustaban. Cuando nos poníamos sentimentales en la madrugada y empezábamos a hacer llamadas, a tu papá y amigos que estaban lejos, a tu mamá, a tu hermana. Es curioso cómo funciona la vida, cómo puedes en un momento ser tan extremadamente cercano a alguien y en otro ya no saber más nada. Pero es parte de este ciclo y los dos nos hemos dejado una huella muy profunda, de esas que sabes bien que no se borran.



Gracias por haber sido tanto y gracias también por ahora no serlo. Si nos volvemos a encontrar, quizás sabremos hacer las cosas que no supimos y jugaremos baraja, u otra cosa más divertida, reconstruyendo con la memoria momentos que en alguna etapa nos hicieron coincidir y vibrar.





domingo, 12 de febrero de 2017

Al sociópata


Nunca jueguen con fuego, se van a quemar...

A pesar de todo lo que sucedió, a pesar de la frialdad con la que suelo hablar ahora de lo que pasó, y de estar segura que no quiero volverme a topar contigo jamás, te amé muchísimo, de eso no puede caber duda. Amé, para expresarlo mejor, al personaje que representaste durante algún tiempo.  Estoy segura de que me leerás, estoy segura de que no me vas a olvidar nunca y me encantará que en algún momento de tu vida puedas asimilar esto, y quizás ya, con mejor suerte, seas capaz de encontrarle sentido y darte cuenta por fin, de todo lo que destruiste. Como decreto te digo lo siguiente: Definitivamente no soy la mujer que por haberte amado te desea lo mejor…No. De hecho lo que espero es que la vida te de lo que mereces, que en mi opinión y bajo mi perspectiva, no es precisamente algo bueno. Deseo que la vida te colme de lecciones y duros aprendizajes; no deseo que la siguiente mujer que se cruce en tu camino sea la que disfrute los beneficios de lo aprendido. Deseo más bien, que ya no vuelvas a lastimar a nadie, y que en tu profunda y absoluta soledad, seas capaz de reflexionar todo lo que te llevó al punto de aislamiento que ahora te pueda hacer ver más claramente cómo es que has sido una persona completamente insatisfecha, que en su afán por saciar su sed y su hambre, no ha sabido degustar ni disfrutar cada placer y gozo que la vida le ha otorgado.

“Sé que la amas, si no lo hicieras, no estarías con ella. Pero sé que eres humano y tienes emociones variables, es probable que la ames de formas incorrectas.
Una relación feliz y saludable puede transformarse en una destructiva si no la tratas como merece ser tratada.
Sin embargo, espero que intentes amarla adecuadamente. Espero que seas consciente de tu amor por ella. Espero que sepas que esa conciencia es lo que mantendrá fuerte tu relación.
Quiero que recuerdes cómo lucía la primera vez que la viste. Ella era todo lo que habías deseado. Pero en su belleza, su naturaleza, su sentido del humor o su independencia, hay algo que no habías encontrado en nadie más.
Lo que más te sorprendió fue su entereza.
Si la amas, mantenla de esa forma: Mantén su belleza, su bravura; mantenla completa.
Aunque ella es artífice de su propio destino, deseo que entiendas que juegas un papel muy importante en su vida. Como la tratas determina cómo se ve a sí misma, puedes hacerla brillar o hacer que se pierda. Ella es una estatua en tus manos y solo espera ser tratada con cuidado.
La destruyes en el momento que piensas conocerla. No es un libro que terminarás de leer tarde o temprano. Ella es algo aún por descubrir, así que vive cada día como si fuera la primera vez que la ves.
Estimula sus pensamientos, sus emociones, su ser. Navega en su alma como si lo hicieras en el inmenso océano.
La destruirás si ella alguna vez siente que la necesitas más de lo que la quieres. Destruirás cada centímetro de su ser si sólo la amas cuando la soledad te inunda.
Su amor y existencia sanarán cada parte de ti. Pero si estás con ella sólo para llenar el vacío de tu propia alma, ella se dará cuenta, y la destruirás.
Y recuerda, ella tampoco desea ser reparada. Quizá se abrió contigo y te contó sobre el dolor de su pasado; quizá sabes el número exacto de piezas en que alguna vez se rompió, pero ella no te lo dijo para que la armaras de nuevo, solo lo hizo para que sepas que fue capaz de soportarlo y cómo eso la llevó a ser quien es hoy.
Quiere que sepas que la forma en que la trates, con amor, entendimiento y paciencia, es lo que importa.
No la trates como si estuviera rota, está completa con todas sus piezas, aún cuando esté llena de cicatrices y marcas; abrázalas con ella, no le agregues más. Haz que vea el porqué de haber pasado por relaciones destructivas, haz que vea que ya pasó lo "peor" y de esa forma apreciará lo "mejor" que eres tú.
Si la amas, hazlo con todos sus defectos e inseguridades; es tan imperfecta como tú y solo espera compartir esa imperfección contigo.
Si la amas, hazla más fuerte, que ella hará lo mismo contigo. Cualquier esfuerzo que tú hagas, ella lo hará al doble.
Si la tratas bien, ella te amará aún más.
Si la amas bien, nunca te olvidará.”


Con este texto, que casualmente encontré, quisiera que alguna vez fueras capaz de comprender cómo se siente una mujer realmente enamorada; juegas con fuego cada vez que mientes e ilusionas con el fin de llenar un espacio que sabes bien que en tu caso, es imposible de llenar. El vacío está en ti, no permitas que otra persona arrastre con la carga que únicamente a ti te corresponde. Hoy lo que deseo fervientemente, para mi y para todas aquellas a quienes has arrancado un pedazo de su vida, tiempo y alma, es poder conocer a esa persona que no eras tú, pero que falsamente nos mostraste, para experimentar esa complicidad que somos capaces de generar. Que toda la destrucción que llevas a tu paso sea justamente lo que permita construir un futuro sólido con relaciones positivas de toda índole: profesional, amistosa, sentimental. En fin, repito, que la vida le brinde a cada quien, lo que merece. Si hoy decido perdonarte no es por ti, ni para ti, es por encontrar de nuevo la paz dentro de mi.

"El Sucio"

Regresando a las andadas... ¿Hace cuánto no tenían noticias mías? ¿Ya un buen rato, no? Pues he vuelto a desear contar novedades en e...